jueves, 9 de octubre de 2008

Entre boludos, garcas y buchones

"Si bien aparentemente se ha perdido el carácter sagrado que tenía la palabra, no cabe duda de que si escuchamos con atención el habla podremos encontrar en ella la historia de un pueblo. La incorporación de vocablos que corre paralela a la incorporación de costumbres, muestra una correlación clara con las influencias culturales (inmigración, medios masivos, etc.).

La popularización de determinadas expresiones obedece a cuadros sociales particulares. Por ejemplo: mató mil o mató, sólo con su valor de aprobación y de encomio, entra en uso durante el Proceso Militar, cuando la muerte era una presencia ominosa sobre el inconsciente colectivo y desde el poder se buscaba que la sociedad admitiera que matar estaba bien si el fin lo justificaba –y a su vez el poder justificaba el fin: la vigencia actual de la expresión constituye uno de los tantos botones que muestran hasta qué punto el Proceso logró sus objetivos.
…a fines del segundo milenio, sonaban tres palabras que permitían armar una suerte de constelación en torno de la cual se movía la vida de los argentinos:

ZAFAR TRUCHO FORRO

Zafar
equivale a “hacer la de uno”, eludir las dificultades y conseguir alguna meta individual, aunque todo se desmorone. Zafa el pibe que no estudió y no lo llaman a dar la lección o aprueba copiando; el que coimeó a alguien y evitó una sanción; el que consiguió un éxito en algo y pasó al frente. Zafan de la miseria cotidiana en que sobrenada la mayoría.
Trucho es lo que parece pero no es. Falso. Trucho se aplica a un auto (por su origen: robo, falsificación de documentos o por su aspecto), un objeto cualquiera y aún personas.
Forro en una primera instancia se refiere al preservativo. Pero en un sentido más amplio constituye un insulto en que las aptitudes de la persona aparecen serias, aunque risueñamente, cuestionadas. Ser forro es ser usado –y merecerlo- para el placer de otro.

Ocurre que en un país donde el objetivo es zafar, todos corremos el riesgo de ser víctimas de una truchada y convertirnos en forros. En lo comunitario flota la sensación de que muchos son usados para el disfrute de unos pocos que zafan, de que la realidad que nos pintan y las palabras que nos prometen forman parte del universo trucho de que conviene desconfiar porque, el fin y al cabo, las máscaras caen (tal vez para dejar lugar a otra máscara trucha).
En un contexto mayor, como país trucho que busca zafar de las penurias de los condenados de la tierra nos valdríamos de métodos truchos y no seríamos más que forros de los dueños del planeta”.

Héctor Ariel Olmos y Ricardo Santillán Güemes (compiladores).
“Culturar. Las formas del desarrollo”. Ediciones Ciccus. Buenos Aires. 2008

2 comentarios:

Estudio Diseño dijo...

Que bueno eso profe eh...

Y que bueno tmb esa imagen que hizo con lo del barrilete!
(nuse como se llama jaja..brand?)

Saludoss


-Marisa

Anónimo dijo...

la verdad nunca me puse a pensar en la importancia de esas 3 palabras y mucho menos que se potencien al ser utilizadas en conjunto, yo consideraba forro a aquellos egoistas que no desean compartir y ahi moria mi desarrollo, lo de safar mmbueee lo vivo dia a dia en un monton de situacion, que a veces puede concretarse o no. Fui bastante claro o quede muy confuso? MorK